Primero vamos a ver los problemas a los que nos enfrentamos generalmente al realizar una práctica de programación, y luego veremos cómo nos puede ayudar make a solucionarlos.
Supongamos que durante el desarrollo de nuestra práctica hemos creado dos ficheros de bibliotecas y uno con el código principal del programa.
Si en un momento dado, descubrimos un fallo en una de las bibliotecas, el proceso a seguir sería el siguiente:
Este proceso habrá que realizarlo tantas veces como sea necesario, hasta haber depurado aceptablemente nuestro programa.
En una primera aproximación podríamos hacer todo el trabajo a mano, cada vez que fuese necesario, lo cual sería muy lento y engorroso.
Más tarde se nos podría ocurrir hacer un shell script que automatizara algunas tareas. Aunque hacer un solo script que resolviese la situación de manera general y eficiente podría llegar a ser muy complejo.
Sin duda la mejor aproximación es el uso de make, que nos permitirá solucionar el problema de una manera rápida y sencilla.