En muchos casos el objetivo de una regla de make no es un archivo. En estos casos make no podrá comprobar tiempos de modificación, por lo que se toma la decisión de ejecutar la linea de comandos siempre.
Por ejemplo, podemos ampliar nuestro Makefile (pág. ) para que una vez generado el ejecutable lo pruebe a través de un script que hemos preparado al efecto:
#Makefile de mi práctica, situado en el mismo directorio que #el resto de archivos de mi práctica LIBPATH =/home/alcortes/universidad/lao/practicas/bibliotecas/ LIBS = $(LIBPATH)mi_biblioteca1.o $(LIBPATH)mi_biblioteca2.o OBJS = $(LIBS) mi_programa.o prueba: mi_ejecutable mi_script_de_prueba mi_ejecutable: $(OBJS) $(CC) -o $@ $(OBJS)En este caso no existe ningún fichero que se llame prueba, por lo que si se invocamos:
$ make pruebaMake generará el ejecutable si es necesario y correrá el script mi_script_de_prueba.