Es muy importante que las reuniones de grupo sean lo más eficaces posible. Una reunión eficaz también es algo escurridizo, pero puedes tomar algunas medidas para conseguir que el tiempo de interacción con tus compañeros de equipo sea lo más productivo posible.
Para cada reunión nombrad a un miembro del equipo que la modere (moderador). Antes de la reunión, esta persona es la encargada de redactar una lista con los asuntos a tratar (orden del día) que envía a todos los miembros del grupo. La lista debe ser consensuada vía, por ejemplo, correo electrónico.
Durante la reunión, otro miembro del equipo (diferente al moderador) se encarga de resumir en un documento (el acta) lo que se ha comentado, pero sobre todo, quién se compromete a hacer qué acciones. Anotad quién asiste y quién es el moderador y el que escribe el acta. Este documento debe estar disponible para el resto del equipo cuanto antes al acabar la reunión por si hay que consultarlo.
Decidir una duración razonable de la reunión de equipo (no más de hora y media) y respetad ese límite. El moderador es el responsable de que se cubran los puntos de la reunión en el tiempo estipulado. Si una discusión se alarga, hay que cortarla y tomar medidas para que esto se pueda solucionar o vía correo o en otra reunión.
Rotad los papeles de moderador y escribir el acta entre todos los miembros del equipo.