El arranque del trabajo en grupo es la fase más difícil, pero se puede simplificar si se siguen unas normas básicas:
Definir un conjunto mínimo de normas de funcionamiento del grupo.
Dedicar los primeros minutos de cada reunión a aspectos administrativos, horarios, lugar de reunión, conflictos, etc.
Rotar los papeles en las reuniones: levantar acta, reservar sala de reunión, etc.
Mantener un único foro de discusión, ya sea en Internet (pon en copia a todos los miembros), o una única conversación en la sala (evita dos conversaciones simultaneas entre dos subgrupos).
Dedicar un tiempo breve en cada reunión a proponer mejoras o comentarios para el mejor funcionamiento del grupo.