Si eres una persona tranquila que prefiere evitar la confrontación, entonces, trabajar con el jeta y el manta pueden servirte para aprender una nueva faceta, la de establecer estos límites firmes. Tienes que tener paciencia mientras vas aprendiendo esta destreza. Las primeras veces que te ves a ti mismo poniendo estos límites con firmeza pensarás “pero ahora le voy a caer mal, no merece la pena”. Pero mucho más antes que tú han tenido exactamente esa reacción las primeras veces que han tratado de ser firmes. Sigue probando, y mantén la firmeza. Con el tiempo te acostumbras y no te parecerá raro el mantener las expectativas de los demás a un nivel razonable. Mientras, verás que dispondrás de más tiempo para estar con tus amigos porque no estás haciendo el trabajo de alguien de tu equipo además del tuyo.